Cada vez se hace más evidente que nuestra salud y bienestar dependen en gran medida de cómo nos alimentemos.
Hoy por hoy solo desayunamos correos calentitos.
En el almuerzo, devoramos blogs y de postre saboreamos algunos tweets.
En las tardes, café con Facebook y en la noches cena con whatsapp.
¿Estaremos bien alimentados? ¿O necesitamos una dieta estricta con la natural?
Escapemos de la red y caminemos.
Disfrutemos del viento, del sol o de la misma neblina.
Hagamos deporte, chateemos con un amigo pero en vivo.
Naveguemos pero en el mar.
Admiremos las cosas in situ, no en un post, lejos de nuestro escritorio.
Seamos fans de la tienda de la esquina, de una galería, de un museo, de una playa o de un club.
Y qué mejor que un like en la boca a nuestra esposa para mostrarle nuestro mejor perfil.
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