Tener mundo

Siempre escuché a mi abuela decir que lo bebido y lo bailado no te lo quita nadie.
A ello, solo le agregaría que lo viajado tampoco.
Y es que viajar es el mejor estímulo para el alma y sobre todo para la creatividad.
Aunque para muchos sea un gasto de dinero, para mí, es la mejor inversión. Más aún si me gano la vida vendiendo ideas y enseñando a mis alumnos cómo obtenerlas.
En mis clases de creatividad publicitaria, siempre fomento la lectura, visitas a museos, ver todo tipo de películas, pero sobre todo, viajar.
“Tener mundo” es una condición absolutamente necesaria para trabajar en cualquier área creativa y por qué no, para crecer como persona.
Saliendo de tu país, no solo conoces todo tipo de gente, también te conoces a ti mismo ya que tienes más tiempo para cuestionarte y saber de dónde eres y sobre todo, a dónde vas.
Aprendes también a valorar las cosas y lugares que muy probablemente nunca más visitarás pero que te acompañarán por toda la vida.
Descubrirás nuevos sabores, colores y aromas que permanecerán en ti para siempre.
Al viajar, “cambiarás de aire” lo que te permitirá romper prejuicios, abrir tu mente y enfrentar tu timidez.
Te hará también mucho más interesante por tus historias pero definitivamente más creativo ya que al viajar, uno no solo conecta ciudades, también conecta neuronas e incluso forma otras nuevas.
Este proceso es conocido como la Neuroplasticidad.
Estas nuevas neuronas se generan entrenando y estimulando el cerebro con tres elementos: novedad, variedad y desafío. Características que todo viaje posee y que nos permite regresar  con las maletas llenas de experiencia, madurez  y conocimiento.
Ya lo sabes, si quieres ser más creativo, despega de tu zona de confort y vuela, pero en avión.